Countdown

Ya suena el tic tac de la cuenta regresiva. Las cuentas regresivas de los viajes son excitantes y agotadoras, siempre oscilando en esa ambigüedad que nos mantiene en vilo y nos acerca a la intensidad de la vida.

No sé si es la posibilidad de empacar lo poco que nos mantendrá a salvo lejos de casa y la certeza de que nunca será todo lo necesario. O si será la adrenalina de conocer, recorrer y vislumbrar otros horizontes, como un cuaderno nuevo, como el perfume de una flor recién abierta.

Ansiedad de tener todos los papeles a mano y en orden y de embaracar con mi bebe del alma por primera vez en nuestras vidas. Prever lo imprevisible dentro de un neccesaire celeste con repelente de mosquitos, protector solar, toallitas húmedas y otras desinfectantes...

Ilusión porque conozca a su familia paterna y porque ellos tengan la felicidad de mirar sus ojos grandes, dulces y atentos; de abrazar su cuerpito y de acompañar esos pasitos atolondrados, con todos los kilómetros del mundo por andar.

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