A bordo

 Un tipo longilíneo y bien parecido, toma mate a discreción, ligeramente apoyado contra la puerta que enfrenta andenes. Lo hace como sólo un uruguayo podría hacerlo: fuera del ámbito hogareño.

Es rubio de ojos cristalinos y una barba tímida pero razonable. Parece un guiri de costumbre rioplatense. Pero podría ser al revés. Como muchas otras cosas.

Por lo demás, poco a destacar en este vagón. Salvo por el repentino hedor, emanado por mi compañera circunstancial de asiento. Espantoso blend de tabaco y ropa vieja de armario rancio. Espero que no se asome a mi hoja en blanco, garabateada torpemente y siga feliz con sus jueguitos.

Le dura mucho cada mate. Me está obligando a plasmar dos hipótesis: a. Es usuario de mates largos. b. Efectivamente, es guiri. Los mates largos se desentienden de sabor y calor, irremediablemente encharcados acaban siendo olvidados de a poco. Más le vale que sea guiri.

De repente, un coro de toses recorre el vagón y aquí abajo dibuja una sinfonía invernal perfecta. La mascarilla de unos pocos sacude de un golpe la memoria.




Comentarios

Entradas populares