Un pretexto para escribir eso que nunca terminará de parecerse a un texto.
El espacio en blanco,
inmaculado y próspero en su condición
espera, tal vez, una caricia de tinta
un ansia de teclado que lo habite.
Somos todos espacio, hecho
de caricias, pasos, olvidos
en espera, tal vez, eterna
de un ansia que nos habite.
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