Inusitados pensamientos

Todas las advertencias y algunas de las premisas que me habían mantenido alerta, caían ahora una a una como filita de naipes.

Tal vez aquel paisaje demoledor de chicos revolviendo la basura en alguna geografía (no tan) lejana o quizás el sueño vívido estrellado contra el despertar abrupto (y la cara de papá tan cercana, tan presente), podrían reflejar apenas un matiz... como pincelada de tuerto, así de certera y de errante. No hay caso. Si todo se desmorona, che.

No hay desazón, ni siquiera pesimismo en estos pensamientos coordinadamente decadentes. Apenas la sencilla lógica de los días y la suma de sus derrotas... justo cuando llega al aire tu risa pura y el aleteo de tu melena me arremete y nos vamos a jugar y a inventar alegrías. Y a salvarnos.

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