Ella, que tanto me enseñó
Frío en la calle. Esquinas heladas, con humos de artificio y tibiezas de cristal. Animo de abrazos, cobijas y sonrisas que endulcen. Realidad de madrugadas, de trabajo y de relojes.
Un viaje por delante. Un adiós sentido en el mar. Mi abuela brillará reflejada entre las olas revueltas, brava e incesante, como el sur Atlántico.
En dos horas ponemos rumbo a Mar del Plata, para dejar sus cenizas.
Un viaje por delante. Un adiós sentido en el mar. Mi abuela brillará reflejada entre las olas revueltas, brava e incesante, como el sur Atlántico.
En dos horas ponemos rumbo a Mar del Plata, para dejar sus cenizas.
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