De vuelta

De vuelta al trabajo. Al lavarropas, los horarios y la organización diaria. Otra vez a pagar impuestos, hacer colas en el super, atender el teléfono y moderar los arrebatos.
Atrás quedaron los espejos del sur con sus sinuosas compañeras de paisaje. Las obstinadas cenizas que lo empolvaban pero que no podían borrar tanta belleza. "Al lago"!, anunciaba Iván feliz, en cada ripio cuesta abajo para sumergirnos en otra aventura lactustre. Bauch, feliz, chapoteaba y bebía aquella agua fresca y dulce.
La cabaña, de ensueño. Los mocos, infaltables y molestos compañeros.

El cumple de Iván, inolvidable. Unas cuántas horas de muchos niños, con sus papás en nuestros pocos metros cuadrados, compartiendo juguetes, muffins, pompones, risas, canciones y velas. En armonía y con la sonrisa de Iván, que iba y venía, moviéndose feliz en su día. Se cantó el cumpleaños y sopló dos veces la velita. Y quería más. Está tan grande y tan hermoso. A veces, revoltoso y contestatario pero siempre cariñoso y tierno. Inteligente y locuaz. Expresivo y lactante.

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