Primeros pasos


Desde los 7 meses -y monedas-, Iván se para y da pasitos con ayuda de un par de manos tibias y/o de algún mueble adjunto, pero desde las últimas 72 horas, mi super niño se ha decidido a emprender la marcha por sus propios medios.
Los pasitos, acelerados por la emoción, buscan rápidamente el resguardo de unos brazos dispuestos a celebrar la proeza o, en su lugar, el apoyo incondicional de mesa ratona/sofá o vajillero circundante. Son breves, por ahora, no más de dos o tres repeticiones hasta el siguiente apoyo o las manos atentas.
Este avance --literalmente expresado-- en la vida de mi hijo me produce la firme caricia de la libertad: que por un lado perfuma el alma y por el otro, emparenta la esperanza con la incerteza del devenir.
Nota al pie (je): las botitas de Zara que su papá le compró son increíbles.

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