Y sin embargo, escribo
No quiero escribir sobre el tono nuevo de mi alarma de celular, ni sobre las ganas de oler a tierra mojada. No quiero escribir de la nostalgia que siento como plomo atada a mis pies. No quiero escribir sobre la espinaca a descongelar sin falta al llegar a casa. Ni sobre el hartazgo de las horas muertas que no tarda en devorarse tu abrazo apretado.
Y se consume Sabina en mi telefonito agónico mientras pisa el cielo de Madrid y hace que vuelvan a mí los pasos trajinados de aquella vida explosiva.
Y se consume Sabina en mi telefonito agónico mientras pisa el cielo de Madrid y hace que vuelvan a mí los pasos trajinados de aquella vida explosiva.
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