Breves y desconsolados

No sé qué hipotéticas historias atravesadas y amontonadas como hojas secas, se volvieron un gran signo de interrogación sobre mis hombros. No sé cómo fue, ni cuándo empezó. Pero desde la incertidumbre, me saludan airosas.

A veces el dolor atraviesa la carne y el ojo soprendido se exaspera buscando heridas que no se ven.

Cotidianas, como la vista desde mi balcón. Sólo que la mirada nunca es la misma.

Comentarios

Luciano dijo…
Creo que ya te lo he dicho, pero escribís de una manera que me deja maravillado.
Bloga dijo…
Gracias amigo. Es un halago encantador viniendo de alguien que escribe como vos. Tu noche de brujas me fascinó. Beso!

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