Meme de amor

Gracias Morkelik por invitarme a contar mi cronología de amor.

En una oficina de Moncloa (Madrid), Noviembre de 2002:

--Acá hay casi más latinos que españoles. Hay, dos venezolanos, un uruguayo, un argentino y esperamos que una argentina también.-- La señorita, a quienes luego supe todos llamaban de puertas adentro "La Chucky", por su desgraciado aspecto físico y su desenfrenado control de rienda corta a todos los trabajadores, señaló el hecho de las nacionalidades con especial énfasis.

En un primer y ocasional diálogo con Al y su compañero, ambos venezolanos, fue su imitación de mi fonética del lugar donde él vivía --Valdemorillo-- (ya saben, la "ll" aporteñada) lo que nos acercó en la cocina compartida para el almuerzo.

El trabajo duró unos pocos meses para mí y a él le quedaron debiendo mil euros, pero le tenemos especial cariño a aquella empresa de "soportes de tecnología avanzada", ya que fue el momento en tiempo y espacio para cruzar nuestras líneas.

Las llamadas y los intercambios por messenger, caían esporádicos pero muy agradables. Mientras, cada uno de nosotros tenía su rutina, su cosas, su vida. A los pocos meses acepté su propuesta de tomarnos algo y nos reunimos también con el otro compañero venezolano, el querido Javier, alias el Menda, que hoy anda con la misma mochila del Rastro recorriendo la India.

Pasaron unos meses más para que empezáramos a compartir películas en los cines de Madrid de VO (es decir "versión original", sin doblajes ibéricos, sino con subtítulos). Albert es un gran cinéfilo y me gustaba que cuando veíamos una peli, me contara vida y obra de los actores, del director o de la fotografía. También hablábamos de libros, de Buenos Aires, de Madrid, de discos, de todo lo que nos hacía bien.

Y así durante nueve meses hasta que nuestras salidas se fueron estrechando en el tiempo y sus ojos empezaron a mirarme con una dulzura especial.
Mi amiga Rosi, la hispano-cubano-argentina más genial del mundo, estaba ahí todo el tiempo dispuesta a tirarnos el gancho en cada salida que compartíamos con ella o cuando íbamos a tomarnos un Rioja a La Tapería de la Glorieta de San Bernardo, donde por esas noches, ella trabajaba de camarera.

Canillas (Madrid), Julio de 2003.

En una noche de calor, en la que una madrugada eterna y sin sueño se abría ante nosotros, nos desvelamos charlando y viendo en la tele programas de cable tales como "Nuestra boda" o documentales de gente con malformaciones. Todo era motivo para comentarios, análisis, risas, coincidencias y más coincidencias, descubrimiento puro y rico. Y Al que me acariciaba las manos, tan suavemente. No dejaba de hacerlo, mientras seguíamos con nuestros delirios y, todo esto sin compartir nada: ni alimento, ni líquido, ni sustancia de ningún tipo. Hasta las 5 de la mañana, o por ahí, que se me ocurrió servir agua y galletitas de salvado.

Llegó el primer beso, que en realidad fue como un gran beso que hasta el día de hoy nos seguimos dando...

Aeropuerto de Barajas (Madrid), 27 de Noviembre de 2003

Llanto, dolor, desesperación: despedida. Buenos Aires me esperaba y yo me arrancaba de los brazos de Al.

Los peores 9 meses de nuestra historia. Sólo aliviados por las llamadas de teléfono diarias y en los chats que nos ayudaban a acortar el Atlántico.

Aeropuerto de Barajas (Madrid), 10 de Septiembre de 2004

Salida por el atestado aeropuerto, se abren las puertas y su metro noventa y uno envuelto en una camiseta argentina. Abrazo interminable, besos y más besos y más abrazos.

La convicencia en Madrid, la nieve de la Sierra, los trabajos, las salidas, las compras, los cambios de piso, los sueños, ilusiones, proyectos.

Aeropuerto de Barajas (Madrid), 1 de enero de 2006

Esta vez sin lágrimas, y con nuestras tres macro valijas, su computadora, todas sus pelis y nuestros libros, más los trapos, nos vinimos a Buenos Aires.

Parque Chacabuco (Buenos Aires), 5 de Mayo de 2006

Boda, casamiento civil, libreta roja y arroz. Mi amor era ahora también mi marido.


Le paso la posta a Motonet, yo también, a ver si presionándolo, afloja.

Comentarios

Anónimo dijo…
Creo que el único motivo de mi viaje a España fue conocerte. Estoy feliz de que hayamos transitado ese camino y que hoy podamos estar tranquilos y juntos compartiendo nuestras vidas.
que linda historia!!!! y que lindo el comentario que te dejo, un dulce de leche.
asi da gusto emepzar el sabado. besos
Bloga dijo…
Uyy, cuánto frío de golpe, menos mal que el amor descongela un poco estos aires.

Al, todo.

Beso a Morkelik!!!

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