Antes y después
Tan bueno como quedarme mirando tus dedos por minutos que son siglos.
Y pensar que antes, no teníamos facturas, ni seguros, ni resúmenes de tarjeta de crédito, ni planes jubilatorios y nos besábamos en cada rincón de Madrid.
Y ahora sabemos que hay después, que hay Buenos Aires para los dos y que cada viernes nos redimimos la semana a los abrazos.
Y pensar que antes, no teníamos facturas, ni seguros, ni resúmenes de tarjeta de crédito, ni planes jubilatorios y nos besábamos en cada rincón de Madrid.
Y ahora sabemos que hay después, que hay Buenos Aires para los dos y que cada viernes nos redimimos la semana a los abrazos.
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