No ficción
Sin escudos me doy
al espacio blanco que me enfrenta.
No hay doble fondo, ni personajes.
No huele a papel cartón el fondo de margaritas silvestres
pisoteadas por una nena inquieta que salta a la cuerda.
Somos él y yo. Blanco y negro. Espacio y materia.
Las preguntas son las mismas,
ilustradas por la sombra del viento,
¡Oh, tiempo impiadoso!
¡Eterno verdugo de los mortales!
al espacio blanco que me enfrenta.
No hay doble fondo, ni personajes.
No huele a papel cartón el fondo de margaritas silvestres
pisoteadas por una nena inquieta que salta a la cuerda.
Somos él y yo. Blanco y negro. Espacio y materia.
Las preguntas son las mismas,
ilustradas por la sombra del viento,
¡Oh, tiempo impiadoso!
¡Eterno verdugo de los mortales!
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